La gentrificación en la Ciudad de México ha generado una preocupación creciente entre sus habitantes, quienes señalan que este fenómeno no solo ha encarecido las rentas y servicios, sino que también está afectando la gastronomía local. Según distintas versiones, algunos negocios de comida en la capital han modificado sus recetas, dejando de ofrecer salsa picante.
Esta tendencia ha sido destacada por creadores de contenido gastronómico, como Lalo Villar de La Ruta de la Garnacha, quien ha observado que varias taquerías han optado por eliminar las salsas picantes de su oferta. Según Villar, este cambio responde a la creciente presencia de extranjeros en la ciudad, muchos de los cuales no tienen la misma tolerancia al picante que los locales.
En entrevistas, Villar ha expresado su preocupación por el impacto de la gentrificación en la identidad culinaria de la CDMX. Ha cuestionado a los encargados de las taquerías sobre los motivos detrás de esta decisión y ha recibido respuestas que apuntan hacia la preferencia de los extranjeros por alimentos menos picantes.
Este fenómeno plantea interrogantes sobre la preservación de la autenticidad y diversidad gastronómica de la ciudad. La eliminación de las salsas picantes podría representar una pérdida de parte de la esencia de la cocina mexicana, adaptándose a los gustos de un público extranjero en lugar de mantener la tradición local.
La situación refleja los complejos desafíos que enfrenta la ciudad en medio de su transformación urbana y cultural. Si bien la gentrificación puede traer consigo beneficios como la revitalización de vecindarios y el impulso económico, también plantea dilemas sobre la preservación de la identidad y la inclusión de las comunidades locales en los procesos de cambio.
En última instancia, el debate sobre la presencia del picante en las taquerías de la CDMX refleja tensiones más amplias sobre el equilibrio entre la modernización y la autenticidad, y plantea preguntas sobre quién tiene voz y poder para dar forma al futuro de la ciudad y su cultura culinaria.
Commentaires