Problemas de salud mental en adolescentes también descienden a los padres, revela estudio.
- Isaac Quintal
- 14 ago 2023
- 2 Min. de lectura
La depresión y la ansiedad en los adolescentes han sido objeto de debate en los últimos años, pero un aspecto fundamental a menudo pasa desapercibido: los problemas de salud mental también impactan a los padres y madres de estos jóvenes. Además, la salud mental de ambos, padres y adolescentes, está intrínsecamente conectada, según revela un estudio de la Universidad de Harvard.

El caso de Ana, una profesora de secundaria que ha experimentado dificultades con la relación con su hijo adolescente, ilustra cómo los cambios hormonales y sociales propios de la adolescencia, la pandemia de COVID-19 y el uso intensivo de las pantallas pueden afectar tanto a los adolescentes como sus padres.
El estudio realizado por la Universidad de Harvard en 2022 identificó que tanto los adolescentes como los padres enfrentan tasas similares de problemas de salud mental. La ansiedad afecta al 18% de los adolescentes y al 20% de las madres y al 15% de los padres. La depresión se presenta en el 15% de los adolescentes y en el 16% de las madres, así como en el 10% de los padres.
La interacción entre los problemas de salud mental de los padres y los adolescentes es bidireccional. La depresión puede comenzar tanto en los padres como en los adolescentes, y ambas partes pueden enardecer y herirse sensibles. Los padres con depresión pueden transmitir un sentimiento de desinterés y crítica a sus hijos, lo que afecta la autoestima de estos últimos.
Sin embargo, la comunicación es una vía clave para romper este ciclo negativo. A pesar de los desafíos, los expertos enfatizan que el diálogo entre padres e hijos es fundamental. Los adolescentes desean ser escuchados y comprendidos por sus padres. La apertura a compartir los sentimientos, incluso si son de ansiedad o depresión, puede mejorar la relación y la percepción que los adolescentes tienen de sí mismos.
La vida familiar también juega un papel esencial en el bienestar mental. Compartir una comida sin dispositivos electrónicos y fomentar la comunicación puede mejorar los síntomas depresivos. Asimismo, cultivar hábitos saludables, promover el sueño adecuado y brindar tiempo de calidad a los hijos puede contribuir a un entorno emocionalmente saludable.
Aunque los problemas de salud mental son desafiantes, el tratamiento profesional puede ser eficaz en la mayoría de los casos. La terapia y, en algunos casos, la medicación, pueden ayudar a superar los desafíos de la ansiedad y la depresión.
Este estudio subraya la importancia de abordar tanto la salud mental de los adolescentes como la de sus padres, ya que ambos aspectos están estrechamente vinculados y pueden influir negativamente.
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