Guardianes de la Galaxia Vol 3 nos muestra el trágico pasado de Rocket, donde sufrió muchos experimentos de pequeño, junto a otros desafortunados seres. Ahora PETA, ha reconocido la valiente labor de James Gunn de exponer el maltrato animal para una audiencia del tamaño de Marvel.
Podemos leer:
“El guión de James Gunn no se aleja del tema duro (pero a menudo fiel a la realidad), y estamos encantados con una historia sobre tener empatía por todos los seres vivos y sensibles”.
“Por su interpretación amable y convincente de Rocket y sus amigos y por recordar a los cinéfilos que los animales torturados en laboratorios son seres sintientes y no los números tatuados en ellos, PETA honra a James Gunn (quien también es el director de la película) con el premio Not a Number.
“En Guardianes de la Galaxia Vol 3, Marvel revela la historia de fondo de Rocket mientras abre los ojos de los cinéfilos a los horrores de las pruebas con animales. Nebula lo dijo mejor: Usar animales en la experimentación es peor que cualquier cosa que haya hecho Thanos“.
Según la organización estos son los puntos donde más acierta la película.
PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) revela lo cerca que ha estado la película de la realidad.
Los animales reciben números de identificación, como 89P13, en lugar de nombres.
Sus números de identificación suelen estar tatuados en el pecho, como los de Lylla y Rocket, o dentro de las orejas.
Si bien tanto Rocket como Floor y tanto Lylla como Teefs se encuentran juntos en la película, ese no suele ser el caso en el mundo real. Los trabajadores mantienen muchas especies de animales en jaulas pequeñas y separadas. Pero como en la película, las jaulas son pequeñas y los animales tienen poco o ningún enriquecimiento.
Cuando era un bebé, se muestra a Rocket atado a un dispositivo de sujeción mientras los científicos de El Alto Evolucionador y OrgoCorp experimentan con él. El dispositivo en Guardianes de la Galaxia Vol 3 es inquietantemente similar a los de la vida real que los experimentadores usan para sujetar a los primates en los laboratorios.
Los experimentos a menudo son impulsados por la curiosidad y no tienen ningún propósito real.
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