En la era de las redes sociales, la relevancia para los músicos contemporáneos va más allá de la calidad de su música. Una nueva tendencia de TikTok ha emergido, desafiando la seguridad y la integridad de los artistas: lanzar objetos durante los conciertos con la intención de viralizar el momento.
No hablamos de lanzar suéteres o peluches, sino de objetos sólidos, un comportamiento que recuerda a los días más rebeldes del punk, aunque en este caso, artistas como Nick Jonas, Adele o Pink, están más lejos del punk de lo que podrían imaginar.
La creciente agresividad de las audiencias hacia los artistas es evidente, y la tendencia ha tomado un giro peligroso. En 2019, en un concierto de Drake, el cantante canadiense aceptó el pedido amistoso de un fan para grabarse cantando en su teléfono móvil. Sin embargo, la historia ha evolucionado desde entonces. Este año, en Chicago, un teléfono móvil fue lanzado hacia Drake, golpeándolo en el brazo. Ignoró el incidente y continuó el espectáculo, pero no todos los artistas han corrido con la misma suerte.
Bebe Rexha tuvo que ser hospitalizada después de que le lanzaran un teléfono móvil a la cabeza durante una actuación. Este tipo de agresiones no ocurren sin que se capture y comparta en las redes sociales. En el caso de Bebe Rexha, el agresor fue identificado como un neoyorquino de 27 años, quien confesó que lo hizo siguiendo la tendencia viral de TikTok y que golpear a la cantante le pareció "gracioso".
Otros casos recientes revelan situaciones igualmente insólitas y, en algunos casos, menos violentas. Harry Styles fue blanco de nuggets de pollo, Lil Nas X recibió juguetes sexuales lanzados por la audiencia, y Pink experimentó un incidente particularmente extraño en Londres, donde le lanzaron una bolsa de plástico con cenizas, supuestamente provenientes de la madre de un espectador.
La pregunta que surge es ¿por qué esta cadena de agresiones?
Algunos académicos sugieren que la pandemia de la COVID-19 y el confinamiento podrían haber contribuido al cambio en el comportamiento de los jóvenes en eventos masivos.
Investigadores como Jennifer Stevens Aubrey de la Universidad de Arizona y Lucy Bennett de la Universidad de Cardiff exploran esta teoría, aunque aún no hay respuestas definitivas. La combinación de la búsqueda de notoriedad en las redes sociales y la falta de respeto hacia los artistas ha creado una peligrosa mezcla que desafía la seguridad y el respeto en los conciertos contemporáneos.
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