Dos recientes estudios han arrojado luz sobre la relación entre la calidad del sueño y la percepción de la edad, destacando cómo la falta de descanso puede influir en la forma en que nos sentimos en relación con nuestra edad cronológica.
La investigadora del sueño Leonie Balter, de la Universidad de Estocolmo en Suecia, lideró ambos estudios, que fueron publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B. Estos estudios revelaron que no dormir lo suficiente puede hacer que una persona se sienta entre cinco y diez años más vieja de lo que realmente es.
En el primer estudio, se evaluó el sueño de 429 personas de entre 18 y 70 años en sus propios hogares durante un mes. Se descubrió que por cada noche de sueño deficiente durante ese período, las personas informaron sentirse aproximadamente un cuarto de año más viejas que su edad cronológica. Por el contrario, aquellos que habían dormido bien se sentían casi seis años más jóvenes, en promedio, que su edad real.
En el segundo estudio, se pidió a 186 de los mismos participantes que durmieran en un laboratorio durante dos noches, con un máximo de cuatro horas de sueño cada noche. La experiencia subjetiva de envejecimiento fue mucho mayor cuando las personas experimentaron esta privación severa de sueño, con un promedio de casi 4½ años más viejas de lo que realmente eran.
La falta de sueño no solo indujo sentimientos de somnolencia, sino que también afectó la energía y la motivación, contribuyendo así a una sensación de envejecimiento prematuro. Además, los resultados mostraron que las personas con cronotipos de sueño matutinos, conocidas como "alondras", eran más propensas a sentirse mayores que aquellas con cronotipos nocturnos, como los "búhos".
Sin embargo, los investigadores también destacaron que una buena noche de sueño puede tener un impacto inmediato en la percepción de la edad. Aunque la recuperación completa de un mal sueño puede variar, priorizar un sueño adecuado es esencial para mantener una edad subjetiva joven, lo que puede beneficiar tanto la salud mental como física.
En resumen, estos estudios resaltan la importancia del sueño adecuado para mantener una percepción positiva de la edad, lo que puede tener efectos beneficiosos en varios aspectos de la vida, incluida la longevidad, la salud mental y física, y la calidad de vida en general.
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