Lionel Messi, la estrella del fútbol mundial, inesperadamente revolucionó un negocio de churros en su ciudad natal, Rosario, Argentina, tras realizar un pedido de tres docenas y media de churros en la Churrería Funes el pasado 19 de junio. Los dueños del negocio, Sofía Snaidero y Federico Bellina Sgrazzutti, se dieron cuenta de la identidad del cliente solo cuando el repartidor, Juan Pablo Román, llegó a la casa de Messi.
La noticia de que Messi y su familia eran clientes de la Churrería Funes se viralizó, lo que desencadenó un aumento explosivo en la demanda de churros. Antes del pedido de Messi, la churrería solía producir alrededor de 100 docenas de churros para un fin de semana. Sin embargo, desde junio, la producción se ha disparado a más de mil docenas.
Debido a la alta demanda, el negocio se vio obligado a contratar personal adicional para atender llamadas y pedidos a través de WhatsApp. La demanda, según Sofía Snaidero, desbordó sus expectativas.
El éxito de la Churrería Funes ha sido tan significativo que ahora planean abrir una nueva sucursal en Miami, donde Messi juega actualmente para el Inter Miami de la MLS. Se espera que esta nueva sucursal abra antes de que termine el año, y se llevará a cabo gracias a socios. La idea es consolidarse como una franquicia, y la apertura de una segunda sucursal en Rosario es un paso en esa dirección.
El plan para abrir la sucursal en Miami coincide con el receso de la MLS en diciembre, cuando Messi podría estar en Argentina o en otro lugar del mundo. Además de la influencia de Messi, el negocio podría beneficiar a la gran comunidad latina en Miami, donde el español es el idioma predominante. Esto posiblemente facilitará la expansión del negocio en Miami, brindando deliciosos churros a los amantes de este manjar en la ciudad estadounidense.
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