Desde tiempos inmemoriales, la Luna ha cautivado a la humanidad desde su lugar distante en el cielo nocturno, pero todo cambió el 13 de septiembre de 1959, cuando la sonda espacial soviética no tripulada, Luna 2, aterrizó en su superficie, marcando el inicio de la exploración lunar humana.
La nave espacial creó un cráter en la Luna entre las regiones de Mare Imbrium y Mare Serenitatis, un momento histórico que los científicos ahora sugieren como el comienzo de una nueva era geológica denominada "Antropoceno Lunar". Este término refleja la influencia humana en la Luna y se asemeja a la discusión sobre el Antropoceno en la Tierra, explorando cómo las actividades humanas han impactado el entorno lunar.
El autor principal del artículo, Justin Holcomb, investigador postdoctoral del Servicio Geológico de Kansas, compara el inicio del Antropoceno Lunar con la exploración en la Tierra, señalando que en ambos casos, los impactos humanos deben ser medidos y reconocidos. La idea surge en un momento en el que diversas entidades, tanto civiles como comerciales, muestran un renovado interés en explorar y colonizar la Luna.
A lo largo de los años, más de cien naves espaciales han aterrizado en la Luna, dejando su huella en su superficie. Este artículo destaca que los humanos han causado perturbaciones en al menos 58 lugares adicionales en la superficie lunar, evidenciando la transformación de la Luna debido a la exploración y alunizajes.
La propuesta del Antropoceno Lunar subraya la necesidad de considerar y comprender la influencia humana en entornos celestiales, preparándonos para futuras exploraciones y preservando la integridad de los cuerpos celestes que investigamos.
Con información de la NASA y Nature Geoscience.
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