En una trama que parece sacada de una novela policialca, una inspectora de la Agencia Tributaria española se enfrenta al caso más trascendental de su carrera justo cuando pensaba que podía retirarse en paz. La historia se desarrolla en torno a la famosa cantante latina ficticia, Celeste, una megaestrella de la música que, a pesar de sus éxitos y su renombre mundial, se ve envuelta en una investigación fiscal.
Celeste, la mayor artista de la música latina en la trama, es también una empresaria astuta con su propia línea de productos, que incluye un perfume, una marca de lencería y productos para el cuidado del cabello inspirados en su característica melena. La trama se centra en la inspectora, quien debe probar que Celeste ha pasado 184 días en España, lo que la obligaría a pagar al estado español una suma considerable de 20 millones de euros en impuestos.
La trama ficticia toma un giro sorprendente al recordar sospechosamente el reciente caso real de la reconocida cantante Shakira. La artista colombiana llegó a un acuerdo semanas atrás admitiendo fraude fiscal por 14,5 millones de euros entre 2012 y 2014, aceptando una pena de tres años de cárcel, que no cumplirá, y una multa de 7,3 millones de euros. Shakira mencionó más tarde que optó por declararse culpable para proteger a sus hijos de la angustia de un juicio penal mediático.
El acuerdo evitó que salieran a la luz detalles de su vida privada en Barcelona durante su relación con el futbolista Gerard Piqué. Más de cien testigos, entre ellas personas con conexiones personales y profesionales con la cantante, estaban programados para declarar en un juicio que finalmente no tuvo lugar.
La similitud entre la ficción de 'Celeste' y la realidad de Shakira plantea interrogantes sobre las complejidades fiscales enfrentadas por las celebridades y cómo estos casos pueden inspirar tramas de intrigas incluso antes de que se resuelvan en el mundo real. La realidad y la ficción parecen entrelazarse, ofreciendo una visión reveladora del complicado terreno donde la vida de las estrellas y las responsabilidades fiscales convergen.
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