Los expertos en salud están emitiendo advertencias sobre una posible oleada de COVID-19 en Estados Unidos, aunque se espera que sea mucho menos intensa que las oleadas anteriores.
Aunque los datos tempranos de aguas residuales muestran que la oleada podría estar estabilizándose, los indicadores clave, como los ingresos hospitalarios, las visitas a urgencias y la positividad en las pruebas, muestran un aumento preocupante.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) han informado que muchos de los indicadores de COVID-19 están aumentando nuevamente. Los laboratorios comerciales independientes también han observado un repunte en los casos desde finales de junio principios hasta julio.
Shishi Luo, director asociado de Bioinformática de Helix, una empresa de secuenciación genética que ha estado colaborando con los CDC en el seguimiento de los cambios genéticos del virus SARS-CoV-2, ha notado un aumento del 30% al 40% de los casos desde junio. Aunque este repunte ha llevado los casos a un nivel más alto que antes, aún se considera bajo en comparación con los picos anteriores.
Caitlin Rivers, profesora adjunta del Departamento de Salud Ambiental e Ingeniería de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad John Hopkins, advierte que esta vez es difícil predecir la situación debido a la reducción en las pruebas de laboratorio y la recopilación de datos desde que Estados Unidos puso fin a la emergencia de salud pública por COVID-19 en mayo. La falta de información sobre la propagación del virus complica la interpretación de las tendencias actuales.
Los expertos hacen un llamado a la precaución ya mantener las medidas preventivas, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, para evitar que la posible oleada se intensifique. Aunque se espera que los casos no sean graves y que el repunte no sea prolongado, la situación requiere vigilancia para evitar un aumento significativo en la transmisión del virus.
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