A partir del 1 de agosto de 2023, Estados Unidos puso en marcha una prohibición de venta de focos incandescentes en el país, una medida impulsada por el Departamento de Energía bajo la administración del presidente Joe Biden.
La Prohibición de los focos incandescentes tiene su origen en una norma de 2007 en Estados Unidos, que fue revocada durante la presidencia de Donald Trump. En 2017, Trump configuró dos normas que buscaban promover la producción de energía doméstica, revocando el Plan de Energía Limpia (Clean Power Plan) de la administración anterior.
La decisión de prohibir los focos incandescentes se basa en la consideración del Departamento de Energía de que el uso de focos LED genera mayores beneficios en términos energéticos. Esta medida se espera que resulte en un ahorro de más de 3 mil millones de dólares en facturas de servicios públicos, así como una reducción de 222 millones de toneladas métricas en las emisiones de carbono.
La norma del Departamento de Energía establece que las bombillas deben emitir un mínimo de 45 lúmenes por vatio, una característica que los focos incandescentes no cumplen, ya que emiten solo 15 lúmenes por vatio, según datos de Phillips.
Sin embargo, no todos los focos incandescentes estarán prohibidos en Estados Unidos. El Departamento de Energía ha indicado que ciertos tipos de focos incandescentes podrán seguir siendo utilizados en casos particulares, a pesar de la nueva regulación en el país.
Entre estos casos se encuentran los focos para electrodomésticos, luces negras, bombillas de colores, lámparas para insectos, focos de rosca izquierda, lámparas de infrarrojos, luces de inundación, focos para plantas, lámparas de escaparate, lámparas reflectoras y señales de tráfico.
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