En la era digital actual, caracterizada por avances tecnológicos rápidos, la forma en que consumimos contenido audiovisual ha experimentado una transformación significativa. Sin embargo, este cambio no está exento de desafíos, y los expertos advierten sobre los riesgos asociados con la práctica del speedwatching, una tendencia preocupante entre los jóvenes.
El speedwatching implica reproducir películas, series y videos a una velocidad mucho mayor que la original, con el objetivo de consumir contenido de manera más rápida. Aunque esta práctica puede parecer eficiente, los psicólogos destacan sus posibles efectos perjudiciales en la salud mental.
Este hábito tiene sus raíces en el Fear Of Missing Out (FOMO), la ansiedad por no querer perderse nada y consumir una gran cantidad de contenido para evitar sentirse excluido. Sin embargo, los expertos señalan que el speedwatching puede tener consecuencias negativas, ya que la estimulación rápida y constante dificulta el procesamiento mental.
Un artículo de la Universidad Abierta de Cataluña destaca que el speedwatching puede generar problemas en el procesamiento mental debido a la estimulación rápida y constante. Además, estudios de la Asociación Americana de Psicología (APA) indican que quienes practican el speedwatching a una velocidad de 1.5 comprenden un 30% menos del contenido original. La sobreinformación resultante puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad, ya que la velocidad a la que el cerebro recibe estímulos dificulta su correcto procesamiento.
Los expertos aconsejan evitar o limitar la práctica del speedwatching para preservar un equilibrio mental y emocional. Alertan sobre la importancia de disfrutar del contenido de manera pausada y reflexiva, promoviendo así una experiencia más saludable para la mente y el bienestar general. En un mundo digital acelerado, la conciencia sobre el impacto de estas prácticas en la salud mental se vuelve crucial.
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