El sábado 17 de febrero de 2024, aviones de pasajeros en todo el mundo experimentaron momentos de tensión al verse impulsados a peligrosas velocidades debido a fuertes vientos que los empujaron, según revelaron registros aeronáuticos y testimonios de pasajeros.
Las aeronaves, mientras atravesaban la corriente del Atlántico, fueron impactadas por ráfagas de viento anormales que superaron los límites de seguridad establecidos. Al menos cinco vuelos comerciales fueron afectados, alcanzando velocidades superiores a las 800 millas por hora (mil 287 kilómetros por hora), rebasando la velocidad normal de crucero de 600 mph (965 km/h).
Entre los aviones afectados se encuentra un vuelo de la aerolínea Virgin Atlantic, que cubría la ruta desde Washington, EE. UU., hacia Londres, Inglaterra. Este vuelo experimentó una velocidad de 802 mph (mil 290.69 km/h). Otro incidente ocurrió en el vuelo 120 de American Airlines, partiendo de Filadelfia, EE. UU., con destino a Doha, Catar, el cual alcanzó una sorprendente velocidad de 840 mph (mil 351.8 km/h).
Las fuertes turbulencias provocadas por la aceleración de los vientos generaron un viaje inusualmente rápido para los pasajeros, con vuelos que arribaron hasta 45 minutos antes de lo previsto en sus itinerarios.
Los expertos explican que este fenómeno se produce cuando dos masas de aire frío y caliente colisionan, generando ráfagas de viento extremadamente rápidas que pueden superar fácilmente los 500 km/h.
Aunque los pilotos y equipos de vuelo están entrenados para manejar diversas condiciones atmosféricas, estos eventos destacan la importancia de la vigilancia y la preparación ante situaciones inusuales que puedan presentarse en el vuelo.
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