En la era digital, la interacción con asistentes de voz como Alexa y Siri se ha convertido en una rutina diaria para millones de hogares en todo el mundo. Sin embargo, esta tecnología avanzada trae consigo algunas curiosidades sorprendentes, especialmente en los más pequeños de la casa.
Un estudio reciente realizado por un equipo de investigación escocés reveló que más del 80% de los niños de entre 10 y 11 años creen que dispositivos como “Alexa” pueden tener pensamientos similares a los humanos. Incluso, dos de cada tres niños participantes en el estudio consideraron que los asistentes de voz pueden pensar y tener sentimientos.
Este fenómeno plantea interesantes reflexiones sobre cómo la línea entre lo humano y la inteligencia artificial se está volviendo cada vez más borrosa. Los niños, al interactuar con estos dispositivos, a menudo les agradecen y hablan con ellos como si fueran personas reales, mostrando una notable dificultad para distinguir entre la tecnología y la realidad humana.
A pesar de esta percepción, los investigadores aclaran que no hay evidencia de que esta confusión afecte negativamente el desarrollo cognitivo de los niños. Sin embargo, advierten sobre el riesgo de que los pequeños sobreestimen la fiabilidad de estos asistentes tecnológicos y tomen decisiones equivocadas basadas en sus respuestas.
El diseño de los asistentes de voz está pensado para hacer la comunicación lo más fluida y humana posible, con el objetivo de aumentar la interacción y, por ende, la recopilación de datos personales, que es muy valiosa para las empresas digitales. Amazon, por ejemplo, utiliza Alexa no solo para asistir en tareas cotidianas, sino también para impulsar sus ventas.
Este escenario también puede afectar a los adultos. Un caso destacado es el de un ingeniero de software de Google que en julio de 2022 afirmó que el sistema de inteligencia artificial de Google se había vuelto consciente, basándose en respuestas del chatbot que parecían reflejar sentimientos y autoconsciencia. Aunque los expertos aseguran que esto no es posible y que los chatbots son herramientas avanzadas de autocompletar, el incidente subraya la facilidad con la que se puede confundir la sofisticación de la tecnología con la vida real.
Ante esta realidad, los investigadores recomiendan una mayor alfabetización en inteligencia artificial para niños y adultos, y piden a los desarrolladores que aseguren que sus productos no induzcan a error. La educación sobre el funcionamiento y los límites de la inteligencia artificial es crucial para evitar malentendidos y para que todos podamos aprovechar estas herramientas de manera segura y efectiva.
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